lunes, 9 de noviembre de 2009

Plan B




Ya merito... 



Los Arcos del Milenio no llevan prisa en ser terminados,  El año 3001 no le apura a nadie así que los dos últimos arcos que rematarían la obra pueden esperar a que algún gobernante futuro tenga a bien instalarlos o quitar los primeros cuatro por chatos, oxidados, peligrosos. El plan “A” era inaugurarlos completos en el ya distante año 2000… no hubo plan “B”




Ya merito... te hacemos caso.


Las banquetas de la avenida Vallarta son un desastre administrativo. Por decretazo se determinó que un proyecto de remozamiento de más de 30,000 metros cuadrados iba a costar 20 millones de pesos. Curiosamente los imprevistos aparecieron (instalaciones subterráneas, pasadizos secretos, estacionamientos subterráneos no contemplados, instalaciones eléctricas etc). Obviamente la realidad vino a dar con el traste de esa determinación de costo y una obra que en el plan “A” debió estar terminada hace tiempo sigue en proceso: Los peatones sorteando obstáculos a campo traviesa por la “zona bonita” de Guadalajara. ¿A quién se le ocurre que un metro cuadrado de una obra tan compleja puede salir tan barato? Solamente si alguien decidió que la mano de obra o el cemento iban a ser gratuitos. Pero mucho antes de que una cuadra quede terminada (por lo menos para dar muestra de cómo podría ser el resto tiempo después y para que el municipio averiguara cual sería el costo final de la totalidad de la obra proyectada) se abren tramos y más tramos para dejarlos en calidad de zona damnificada por la incompetencia. No hubo plan”B”





La presa de Arcediano, severamente objetada por expertos ambientales; arquitectos; habitantes de la zona; Comisión Federal de Electricidad; Geólogos e hidrólogos, etc, continuaba chupando recursos estatales bajo la conseja infantil de “Voy derecho no me quito si me pegan me desquito” aduciendo la inminente escasez de agua. Finalmente algún hado nefasto de contracción presupuestal puso fin a lo que desde hace por lo menos una década ya mostraba ser un monstruo. No hubo plan “B” y ahora se rescatan planos que datan de los años sesentas para ver que se hace río arriba en el verde y se toma la medida del agua que ya fue entregada a Guanajuato. Confusión en las filas.




Los juegos panamericanos en Guadalajara llevan varios años proyectándose. Desde la presidencia municipal se diseñó la ruta más compleja para construir la famosa villa panamericana. Se comenzó a trabajar sin amarrar financiamientos con la necesidad imperativa de generar consensos y se opto por el Plan “A” que consiste en desear que nada, absolutamente nada, fallara en la ejecución. Doblemente imposible pues ni siquiera se sabía a ciencia cierta qué era lo que se necesitaba para ser anfitriones de la justa… Aquí esta columna se atreve a decir que el plan “A” consistía en rezar que llegase una tromba de dinero que resolviera la ausencia de un proyecto ejecutivo. De plan “B” por supuesto que ni siquiera hubo asomo de duda que algún día apareciera… apareció el disparate que desde el primer día hizo honor a su nombre y en el que lo único que quedó claro es que el plan “A” consistía en que la totalidad de la sociedad civil, la prensa, se hiciera maje del cúmulo de irregularidades legales que dicho “proyecto” conllevaba.




Felipe Calderón declaraba en Davos, en enero del 2008 que la crisis internacional nos hacía los mandados. Ahora nosotros los mexicanos le hacemos los mandados a la crisis desde la informalidad, el desempleo y una base productiva que fue construida para dar servicio a las mejores proyecciones del tratado de libre comercio con un vecino en franca retirada de eso que se llamó la sociedad de la opulencia y que se adentra en una larga fase de quiebras, guerras sin fin, conflictos políticos internos y demagogos desatados. No hubo plan “B”







El gobierno se empeña en construir una red carretera como, entre otras, la mejor estrategia para combatir el desempleo. Se construyen miles de kilómetros de una red de asfalto y concreto para dar servicio a un río inagotable de automóviles y camiones transportando gente feliz rumbo a destinos vacacionales o a entregar mercancías, correspondientemente. Pasamos de una red carretera de dos carriles a troncales de cuatro o seis u ocho, con atrevidos puentes sorteando nuestras sierras innumerables. En otro frente, la British Petroleum Statistical Review nos informa que nuestra relación de producción sobre reservas es de diez años; lo cual nos dice que precisamente a lo largo de década debemos desechar al automóvil como sistema preferencial de traslado de personas; subirnos a transportes colectivos o afrontar  un colapso total del transporte urbano y un complejo y caótico escenario urbano. PEMEX avisa que Chicontepéc no va a dar los resultados esperados hasta que se modernice la tecnología (¿Anti gravedad, Telekinesia?) Y como respuesta, el gobierno diseña propuestas para subsidiar la compra de vehículos para dar soporte a la industria automotriz. No hay plan “B”.



El hecho de que un jugador dé como excusa (de su derrota) que se quedó corto de tiempo me recuerda al borracho que pide perdón de pasarse el alto por andar de copas.   -Alexander Alekhine 




Nuestros gobernantes recuerdan al jugador principiante de ajedrez que se sienta frente a un gran maestro y diseñan su estrategia de victoria: “le voy a dar un mate del pastor, saldré victorioso en cuatro jugadas”. Prefiguran no solo las jugadas que ellos mismos realizarán sino que calculan que su oponente se va a comportar a la misma altura y moverá las piezas de la forma más torpe posible para que ellos puedan salir airosos de la prueba. Aquí hay algo siniestro. ¿Es posible que estos prohombres jamás hayan afrontado una derrota?  ¿Habrán sido capaces de llegar a la madurez de sus años y plenitud de sus responsabilidades sin haber tenido que afrontar un revés? ¿Habrán sido disciplinados alguna vez en su vida por un incumplimiento? La experiencia acumulada a lo largo de estos tres años del felipismo y del emilismo nos hacen sospechar que no. Hay otra vertiente: ya se emplearon setecientos millones de pesos en una presa que no se va a construir; bufetes de diseño, constructoras, etc. ya se embolsaron un buen dinero -que antes no tenían-  jugando a los tractorcitos, trayendo y llevando tierra de aquí para allá. Lo mismo las compañías perforadores Halliburton en Chicontepéc jugaron a  perforar hoyos de millones de dólares para extraer caudales de centenas de barriles que no cubren ni el desayuno de las cuadrillas de trabajo. Exageramos, pero no mucho.  Y digamos que nuestra exageración es poca cosa cuando la comparamos con las cifras que el jefe de Pemex exploración y producción soltó respecto a los millones de barriles diarios que prometió iba a producir el campo con tal de conseguir créditos para el “jueguito”.

 Los Arcos del Milenio jugaron a ser grandes y se quedaron chiquitos, pero las constructoras cobraron igual… El municipio jugó a las banquetas baratas y está dejando un polvaderal perenne que solo se resolverá cuando aparezca el dinero que cumpla con el costo real del proyecto (calcule usted cuatro veces la cifra original).




Del puente atirantado que decir… Un plan “A” de 450 millones que resulta natural pensar va a costar por lo menos 1,200 millones con el fin de trasladar el embotellamiento del cruce López Mateos-Lázaro Cárdenas al multicruce de los cubos. Un portento similar al del mago que presume convertir una coca cola en pepsi.  Pero mientras tanto, la obra ya está comenzada y alguien (nosotros los contribuyentes cautivos) va a tener que cubrir el costo o dejar la obra tirada a medio terminar. El sistema está diseñado para premiar económicamente a la incompetencia pues esta es la piel de borrego con la cual se disfraza una voracidad de lobo incontenible. Transitamos de una era en la que teníamos que lidiar con técnicos que posiblemente eran  corruptos para entrar a una era llena de corruptos en donde cabe la posibilidad -algo remota- que sean competentes. La ciudadanía debe de diseñar un plan “B” frente a esta situación, Las Leyes de Murphy son implacables en este aspecto.





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