sábado, 22 de agosto de 2009

Precio sobre utilidades



Louise Yamada, Una de las mejores analistas técnicas de mercados dice que no tiene la menor idea de lo que está ocurriendo actualmente en los mercados bursátiles. Si quieren escucharla encuentran sus comentarios AQUÍ

Ella se ciñe a una interpretación clásica en donde al mercado acuden vendedores y compradores y en donde la señal de precio es toda la información necesaria para tomar decisiones racionales con base a impulsos emocionales de masa sumados a información objetiva del desempeño de las acciones y la forma en que se comporta el sector al que pertenece la compañía en cuestión etc.

Su confesión de inabilidad de comprender al mercado nos ofrece la pista necesaria para determinar, por si sola (Aunque de esto hay bastante info) de que los "mercados" en este momento no están constituidos por "inversionistas" en el sentido tradicional. Tenemos pocos jugadores, la mayor parte institucionales y dominados por la Reserva Federal, el departamento del Tesoro y los tres o cuatro corporativos clave del derrumbe: Goldman Sachs, BOA, CITI, JPM. y son ellos los que estan moviendo los precios con base al juego de monetización que se está dando entre el banco central y la Tesorería.

En un ambiente de derrumbe de exportaciones y colapso del consumo en donde el Gobierno Federal norteamericano se embarca en un programa de gasto que representa un déficit del 13% del GDP es natural que las utilidades se vayan por los suelos y, después de encontrar piso, se pongan a escarbar frenéticamente rumbo a números negativos (broma...) De esta forma uno de los métodos tradicionales para determinar "precio" quedan eliminados. 

P/E

O sea el precio sobre utilidad. En una compañía sana con valuaciones racionales ese número ronda las cifras que van de 7 a 14...

Vean el gráfico de el P/E del Standard & Poors.

Sin precisar fecha, esperen a que ese número surrealista se revierta a la media histórica. Digamos, alrededor de 11.  Para llegar a ese número el S&P debe de bajar a 100. 

O de lo contrario debe de darse una devaluación del 90% en el poder adquisitivo del dólar. Claro que ambos escenarios tienen sabor a Ciencia Ficción. Pero lo que estamos presenciando todos los días, también. Lo bueno, para tranquilidad de todos nosotros, es que no nos van a avisar cual de las dos opciones escogen ni la fecha precisa de que ocurra. sin embargo es necesario apuntar que dicha fecha tiene dos características importantes: 

1. No es postergable indefinidamente.

2. Sucederá antes del "ultimo momento posible", por voluntad humana.

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